sábado, 11 de abril de 2009


En la orilla esperaba
paciente, en calma
que su casco besara
la espuma blanca.

En la orilla esperaba
del frió invierno,
y del seco verano
que vino luego.

Esperaba serena
cada mañana
que la mar la tocara
y la acariciara.

Deseaba de nuevo
salir de pesca,
como en sus años mozos
y verse llena,
del olor de la pesca
recién subida,
de las algas,
las redes, y aquella brisa.

Desde que la dejaron
abandonada
deseaba de nuevo
ser gobernada,
por pescadores recios
de madrugada.

Ya le llegó su hora
a la vieja barca,
ya nadie pesca ahora
desde sus tablas.

La dejaron varada
la dejaron perdida,
sobre la arena blanca
dejo su vida.

Ya las últimas olas de la mañana
le trajeron espuma a la vieja barca,
la besaron de nuevo como con pena,
porque ya no era barca,
sólo era leña.

viernes, 10 de abril de 2009

SEMANA SANTA


Una semana muy especial, para intentar ser mejores, recordar de donde venimos y quienes somos.
Que Dios nos ilumine a todos, y que nosotros no olvidemos que Él está aquí con nosotros, aunque a veces nos falle la fe.
La foto que puse, la saqué de esta página, que tiene imágenes preciosas, os animo a que la visiteis http://www.misdulzuras.com

viernes, 3 de abril de 2009

MAMÁ POKY


Por fin el momento tan esperado llegó el día uno a las doce menos veinte de la noche, y me tuvo a su lado hasta las dos de la mañana que nació el último gatito, tengo que reconocer que estaba yo mas nerviosa que ella, Poky era primeriza pero también es una campeona, se portó de maravilla, antes del parto me persiguió por la casa como pidiéndome ayuda, así que la puse en la cajita con una mantita, y se acostó a la larga tan serena como es ella, y enseguida empezaron los empujes, mientras Rafa le acariciaba la cabeza yo le sujetaba la patita de atrás y la animaba con eso de "ala Poky empuja, empuja" madre mía!! hasta que nació el último me calenté la misma taza de café cuatro veces, una vez por gato.
En fin ese día dormí solo tres horas porque tenía que levantarme temprano para ir a trabajar, y tengo aún unas ojeras que me da miedo verme en el espejo.
Pero me siento feliz, Poky no salía de la caja ni para beber agua, hasta el día siguiente por la tarde que ya no aguantó más y tubo que atender a sus necesidades, pero eso sí, como un rayo de nuevo a la caja, así que la pobre, se la pasa acostada todo el tiempo.