miércoles, 18 de febrero de 2009

TRISTEZA


Un día cualquiera, no recuerdo donde, había un monje que se dirigía por un camino hacia un pueblo, cuando vio a un escorpión ahogándose en un pequeño charco, el monje se agachó a mirar al escorpión e intentó salvarlo de una muerte segura, lo agarró con la mano, y éste lo picó, volvió a intentar salvarlo y otra vez, el escorpión le clavó su guijón en la mano. Había cerca un labrador que al ver la escena no pudo por menos que reprender al monje:
-¡¿Pero que haces?! ¿No ves que te hace daño, y tu no haces más que intentar ayudarle?
Entonces el monje, le miró y contestó serenamente:
-Cierto, pero su naturaleza es la de hacer daño e inyectar veneno....la mía es ayudar.
Dicho esto el monje agarró una pequeña rama y saco al escorpión del charco, salvándole la vida, y con tanto dolor en su mano se fue sin hacer daño al animal.

Esto pasa amenudo en el transcurso de nuestra vida, el camino que tomamos siempre estará lleno de baches y charcos, algunos tendrán escorpiones y como el buen monje seguramente intentaremos hacer algo bueno por ellos, y nos harán daño una y otra vez, hasta que sigamos nuestro camino y los dejemos atrás, también habrá en el camino alguien que nos aconseje acerca de esos elementos, podemos hacerles caso o no, y yo creo que teniendo en cuenta los tiempos que vivimos, no se, yo no creo que intentara dos veces sacarle del charco.....

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